Para cada viaje es necesario rodearse de objetos que te hagan la vida más fácil pero también son importantes los amuletos, aquellos objetos a los que te aferras cuando las cosas no van como debieran. Mis gafas de aviador para mirar desde la ventana del tren pasar el tiempo y el espacio; mi reloj de cuerda ruso (es una replica pero funciona muy bien); mi cámara rusa, para que las fotos tengan alma; mi navaja suiza que siempre me ha acompañado a lo largo de mi vida, al igual que a mi abuelo; un pasaporte porque aunque esto sea Europa nunca sabe uno donde se va a meter; mi colgante-hoja, para mí un símbolo del espíritu errante; mi gorra siciliana, sana costumbre de un buen amigo (Leone); y por supuesto mi libreta, donde escribiré lo que en un futuro será un cuaderno de viaje muy especial (dejaré algunos fragmentos para que los podáis disfrutar en el blog).