miércoles, 16 de enero de 2008

Caminar en Messina

La verdad es que al principio resulta un autèntico conazo. Pràcticamente los coches en esta ciudad aparcan en los extremos de cada calle porque asì no pagan el parking y es lìcito aparcar sobre la acera en baterìa. El resultado es que los transeùntes deben atravesar la ciudad sorteando cada coche de manera diferente, saliendo a carretera, pasando de lado, haciendo eses. Todo depende de si es un cinquencento, un mercedes o un 4x4. Recuerdo el dìa de mi cumpleanos haber visto un Ferrari Enzo justo en la puerta de casa. Esta vez lo sorteé lentamente y con la boca abierta de par en par. En un mes lo incòmodo pasa a ser un acto inconsciente y parece que hasta te diviertes. Piensas:“Al menos no es tan aburrido como caminar recto por la acera, cada calle es un nuevo reto con sus diferentes obstàculos, un parque de atracciones”.