miércoles, 3 de octubre de 2007

Emigración


Acabo de llegar de casa de mi abuela paterna. Ella y mi abuelo como tantos otros gallegos de nuestras generaciones pasadas tuvieron que abandonar el país con la esperanza de superar una crisis económica que les sumían cada vez más en innumerables deudas.

Mis abuelos tuvieron que dejar a mi padre con sus tíos, hicieron las maletas y se fueron a Francia. Según me contaba mi abuela, fué una época muy dura para ellos, tenía que convivir con otros emigrantes en un piso minúsculo, durmiendo en una minúscula cocina, con un minúsculo colchón en el suelo (al fin y al cabo lo que podría llamarse un "piso-patera" en la actualidad).

Mis abuelos trabajaban de sol a sol, mi abuelo en una fábrica de montajes del mítico Simca, y mi abuela pasaba el día de un restaurante a limpiar en casa de una señora. Aguantaron hasta que sus deudas en España se liquidaron y pudieron volver a empezar de nuevo.

Tras ellos, tiempo después, mi familia materna tuvo que repetir la historia. Varios tíos míos emigraron, también en busca de un futuro más esperanzador, a Suiza e Italia. Algunos comentan que, en contra de lo que se podría pensar, en general era más difícil entenderse con los propios gallegos que con la gente de aquel páis. Y es algo que a mí me llamado la atención en España, ya que, en cuanto al tema de la emigración, la mayoría de los gallegos se muestran realmente intolerantes, lo que es toda una contradicción, puesto que somos un pueblo de mundo, un pueblo que forjó su identidad mediante el exilio, observando su tierra perderse en el horizonte. En teoría deberiamos entender como nadie a todos esos pueblos que como nosotros han tenido que hacer frente a la necesidad y dejarlo todo atrás.

Por suerte para mí toda la historia y la lucha de mi familia, generación tras generación, me ha dado la increíble oportunidad de elegir libremente, que mi decisión personal no sea fruto sino de mi voluntad, por eso debo sentirme agradecido y en deuda.
En esta web podéis encontrar información sobre el tema y encontrareis la herramientas para poner vuestro granito de arena.
Y aquí la web de Manuel Ferrol, fotógrafo creador de verdaderos iconos que os harán recordar nuestro pasado, por que nunca olvidar es no volver a equivocarse.